Dejó de funcionar el automático de la bomba, por lo tanto bombeaba sin parar y llegó a rebalsar el tanque. El agua rebalsada se filtró por el lavadero de la terraza y de alli al pasillo del segundo piso. Ese domingo amanecimos con 5 bonitas goteras o mejor dicho verdaderas vertientes de agua.
Agradecimientos: a Mónica y a Daniel que se comprometieron a encender y apagar manualmente la bomba para que todos pudiéramos contar con agua en nuestras canillas
martes, 16 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario